“El objetivo de cualquier #fotógrafo es y debe ser ofrecer un producto distinto al que circula habitualmente”
Pau Bellido Paricio (Castellón, 25 de noviembre de 1974) es un fotógrafo
castellonense. Pese a pasar casi desapercibido para el gran público, trabaja en
la agencia ACF Fotografía junto a dos compañeros: Carme Ripollés y Ángel
Sánchez, y sus fotografías aparecen diariamente en medios de comunicación y
empresas como Levante de Castelló, el FIB, Marzá, Grupo Porcelanosa, Villarreal
CF o CD Castellón. Actualmente, en la galería Cánem de Castellón se expone una
instantánea del fotógrafo castellonense dentro de la muestra colectiva “Drape
The Draps”, concretamente de la instalación “Vaya toalla” del FIB Art 2009. Esta
fotografía es una reflexión artística en torno a los límites territoriales y la
creación de símbolos de identidad. Esta exposición estará abierta hasta el
próximo 10 de diciembre y el horario de la sala es de 17:00 a 21:00 en la calle
Antonio Maura nº 6 de Castellón.
Es
curioso que una foto tan “simple” termine en una exposición sobre el territorio
y la identidad, ¿no cree?
Para nada. Cuando hace unos meses me llamaron
y me pidieron permiso para exponer públicamente esta fotografía, supe de
inmediato que habían acertado de lleno. La exposición mezcla la identidad, el
territorio y la propiedad. En la instantánea, podemos ver una vista aérea de
una toalla en la arena, de unos 50 por 60 metros, y el espigón de la playa hace
de mástil de lo que simboliza una bandera. Si nos paramos a pensar la
simbología de la foto, entra muy bien en lo que busca la muestra porque, de
alguna forma, cuando vas a la playa y colocas una toalla estás tomando en
propiedad un espacio durante un tiempo determinado, como hacen las banderas.
¿En
qué momento se dio cuenta de que la fotografía era su vocación?
Empecé a hacer fotografías porque mi padre
también las hacía. Era aficionado a este mundillo y tenía cámaras por casa. Un
día empecé a toquetearlas, y aquello llamó mi atención. Cuando acabé el
instituto, no sabía muy bien hacia dónde tirar, pero gracias a una amiga
descubrí que la fotografía también se podía estudiar como carrera. Por
entonces, en España, no había muchas opciones: una escuela en Barcelona, algo
de formación profesional… y descubrí que en Valencia, en el CEU, había una
carrera que era “Fotografía e Imagen” y, gracias al esfuerzo que hicieron mis
padres, pude estudiar lo que me apasionaba.
Y
de ahí a ganarse el pan con la cámara…
Sí, me vino todo muy rodado. Empecé a hacer
prácticas de fotografía de prensa en El Periódico Mediterráneo antes de
terminar la carrera y, cuando acabé, entré en un estudio de fotografía
industrial. Guardo un buen recuerdo porque en este estudio aprendí mucho. Ahí
descubres que, para que salga una foto perfecta, tienes que coordinar todos los
factores que entran en acción: exposición, iluminación, zoom, puesta en escena…
son términos que, desde entonces, forman parte de mi día a día y los asimilé,
más allá de la carrera, haciendo fotografías industriales.
Pero
lo que verdaderamente es su vocación es la fotografía de prensa, ¿no?
Sí, tras un tiempo dedicado a la fotografía
industrial volví a Mediterráneo, y además pasé por ABC, Las Provincias, As… y
descubrí que lo que verdaderamente me llamaba la atención era contar historias
a través de mis fotografías.
¿Considera
que en su trabajo existe mucho intrusismo?
Sí, pero bueno, todo el mundo está en su
derecho de hacer fotografías, y no tienen por qué ser peores, pero el objetivo
de cualquier fotógrafo es y debe ser ofrecer un producto distinto al que
circula habitualmente y, además, intentar siempre hacerlo mejor que antes.
La
profesión de fotógrafo no atraviesa, precisamente, su mejor momento…
Claro que no pero, ¿acaso hay alguna
profesión que vaya bien? También lo están pasando mal albañiles, maestros… En
mi caso, son muchas horas dedicadas, sin apenas días libres y ganando poco
dinero, pero con una gran satisfacción y cariño por lo que hago.
Por
desgracia, según tengo entendido, hace unos meses le robaron todo su equipo en
CEVISAMA, en Valencia, mientras trabajaba…
Sí, y tengo que reconocer que fue un palo muy
duro. Como te decía antes, son muchas horas invertidas a cambio de muy poco
beneficio, y si intentas día a día salir de ese “agujero” para ganar una
estabilidad, lo que me pasó ese día me hundió y me estancó aún más. Realmente
no llego a entender cómo me pudo suceder, porque siempre he sido una persona
muy cuidadosa con el material y nunca lo dejo descuidado. Como te decía antes
cada uno intenta, como puede, ganarse la vida y espero, al menos, que quien me
robó mi equipo lo hiciera para dar de comer a sus hijos y no tuviera otros
fines. No obstante, yo vivo de la fotografía, y a los pocos minutos de esta
desgracia tuve que encargar un nuevo equipo, porque no te puedes quedar parado.
Te toca hacer una inversión de 8.000 ó 10.000 euros porque tienes que seguir
trabajando sin quedarte parado.
Cambiando
de asunto, ¿cuál es la fotografía que más recuerda, más le ha marcado, más
cariño tiene?
Cualquier fotografía de mis hijas. Tengo dos,
e intento retratar mis mejores momentos con ellas. Eso en el plano personal,
pero en lo profesional no sabría decir una en concreto, pero recuerdo en una
carrera de motociclismo en Cheste como un piloto tuvo un fuerte accidente con
otro compañero sobre ruedas que terminó fatalmente en una curva… y yo estaba en
esa curva. Hice la foto que captaba justo el instante exacto del fatal accidente.
Eran otros tiempos, ya que no existía, por entonces, la comodidad de hacer la
foto y poder verla en la pantalla de la cámara: me tocó sufrir un atasco de dos
horas en la salida del circuito, otra hora de viaje hasta la redacción y, una
vez allí, media hora de revelado, pero ahí estaba una buena foto.
Y
ahora, ¿cuáles son las tendencias que intenta implantar o sacar a la luz para
hacer buenos productos?
Hay una técnica que se está poniendo ahora
muy de moda que son las visitas virtuales, la fotografía 360 grados. Las
panorámicas esféricas permiten recorrer todos los puntos de un espacio en una
imagen, creando una sensación de realidad. Uniendo varios panoramas creamos un
recorrido entre diferentes espacios que resulta muy versátil para el usuario
web por su interactividad, y nos da la impresión de que te trasladas hasta ese
lugar: un estadio de fútbol, un castillo…
Por
último, su trabajo como fotógrafo en el FIB es algo totalmente distinto a la
actividad que desempeña rutinariamente… ¿cómo es eso?
Por un simple motivo: la música es mi otra
pasión. Siempre de dicho que si no hubiese sido fotógrafo me hubiera gustado
ser músico. De hecho, estudié en el conservatorio varios años, pero finalmente
me decidí por la fotografía. El FIB es algo sensacional, totalmente atípico,
empecé hace casi diez años en una plantilla de varios fotógrafos hasta hoy, que
la situación ha cambiado bastante. Comencé siendo un fiber más, y ahora podría ser el padre de todos ellos (ríe).
Durante algunos días, la ciudad de Benicàssim
se abre al mundo, y 300.000 personas de todos los rincones del planeta se
acercan hasta un recinto que está a cinco minutos de mi casa para disfrutar de
la mejor música. A mí me toca vivirlo en un puesto privilegiado, estás entre el
músico o grupo de música y una gran masa de gente, y puedes captarlo todo. Creo
que no hemos llegado a pensar, realmente, la importancia que tiene el FIB para
la provincia de Castellón, y espero que no tengamos que perder este gran
festival para aprender a valorarlo.
Más información sobre Pau Bellido: http://www.acf-fotografia.com/ @paubellidop
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